Los que luchamos por construir Poder Popular para alcanzar una sociedad sin explotadores ni explotados, debemos influir en el pueblo a que no vote por el tradicionalismo político, heredero de los conservadores que asesinaron a Morazán y dividieron en cinco “republicas independientes” las “PROVINCIAS UNIDAS DE AMERICA CENTRAL”.
La Historia nos enseña que desde la independencia de España y la división de Centro America en cinco republicas minusválidas, a la fecha, han habido 4 constantes: injerencia externa, explotación, corrupción y autoritarismo.
De esas 4 constantes en la historia de Honduras, veremos los efectos que tienen la injerencia externa, la corrupción y el autoritarismo en los procesos electorales oligárquicos, con el propósito de que como pueblo tengamos un punto de partida para una amplia discusión sobre la necesidad de RESCATAR LA POLÍTICA de las garras de quienes nos dominan y oprimen, para construir y posesionarnos desde los intereses del pueblo, de una alternativa popular frente a los procesos electorales oligárquicos.
La dominación y opresión de la oligarquía y el imperialismo estadounidenses, sobre nuestros pueblos, tiene entre sus métodos los procesos electorales oligárquicos y no olvidemos que “Los métodos de opresión del enemigo no pueden, contradictoriamente, servir a la liberación del oprimido” (Paulo Freire) y menos nos pueden servir cuando son métodos de mercado, de compra-venta.
“…. la sociedad de mercado produjo el surgimiento de un tipo de hombre también de mercado, cuyos rasgos personales son la astucia, la inescrupulosidad para alcanzar sus propósitos y la audacia desenfrenada. Es precisamente ese tipo de hombre, liberal por antonomasia, el que se apodera de la maquinaria partidista y convierte a la política en otro mercado….” (Morazán Revolucionario, Longino Becerra, pagina 96)
Por eso los procesos electorales oligárquicos tienen carácter mercantil: se compran y venden candidatos y votos. Es un mercado electoral. El mercantilizar los procesos electorales los corrompe, los hace antidemocráticos y fortalece el autoritarismo de quienes nos oprimen.
Como resultado tenemos en el poder, no estadistas con visión de futuro, sino politiqueros que sólo ven el corto plazo en función de los intereses de las oligarquías y las transnacionales. Surgen así, en su mayoría Presidentes, Magistrados, Diputados, Alcaldes y Regidores contaminados por la corrupción. La regla general de los que ocupan esos cargos, no es servir al pueblo, sino servirse de los cargos. Reponen con ganancias la inversión que hicieron y retribuyen con leyes, contratos, concesiones y otros beneficios a los capitalistas que los financiaron. Ya en esos puestos se olvidan del pueblo, no les interesan los asuntos públicos y cuando aparentan interesarles lo hacen para canalizarlos en beneficio de sus asuntos privados.
Las elecciones oligárquicas son torneos donde la disputa es banal y aparente; los candidatos son mercancías que se ofrecen al electorado con técnicas de publicidad comercial, el contenido político se limita a lo superficial y a la imagen comercial. El capitalismo todo lo transforma en mercancía y todo lo intenta vender con publicidad.
Todo el período de un gobierno se pasa en campaña electoral. Desde antes que tome posesión el presidente electo, ya los medios de desinformación y manipulación, empiezan a promover el próximo aspirante. Divulgan los pleitos para escogerlos, las cualidades de uno, los defectos del otro y las tendencias según encuestas amañadas, las zancadillas, etc.
El país apenas se libra de una elección pasa a otra; los políticos oligarcas empiezan con las reuniones de “amigos” para promover a determinado candidato que conviene a los banqueros, industriales, maquiladores, terratenientes, narco-traficantes y crimen organizado, y allí se convienen los aportes económicos y los compromisos para las campañas; el paso siguiente es promover sus planillas en las primarias (internas) y de ahí pasan a las elecciones generales. Es una suerte de misas negras, fraudes, actos de compra venta y en fin una borrachera electorera. Los problemas del pueblo se dejan para después. Se reproduce así el autoritarismo. Con este tipo de elecciones el único que pierde es el pueblo y la democracia.
Estas elecciones tienen ventajas para la oligarquía y el imperio; veamos:
- Mantienen al pueblo desinformado, no resuelven sus principales problemas, el pueblo sólo tiene derecho a votar por cualquiera de los candidatos que a la oligarquía y al imperio les convienen. Esa es su democracia.
- Esconden la lucha de clases; crean la ilusión de que los problemas tienen solución en la elección de un candidato, en la acción de un individuo. No promueven planes desde el pueblo; sólo promueven la imagen de la persona. Nos hacen ver personas, no los intereses de clase que están detrás de esas personas elevadas artificialmente a candidatas.
- A gran parte del pueblo lo atrapan en lo que llaman “fiesta cívica electoral”. Lo organizan sólo para ese carnaval. Toda la actividad es determinada por este clima. El pueblo se distrae con ese circo. Con mentiras, miedos y falsas ofertas pretenden dormirnos los políticos demagogos.
- El votante ingenuo no relaciona los problemas de la comida, trabajo, vivienda, inseguridad, pobreza, falta de tierras para producir, migración, corrupción, etc., con el sistema capitalista. El sólo ve al candidato de su partido. Se establece así un muro de seguridad que protege a los capitalistas, a la oligarquía y al imperio de Estados Unidos; ellos no aparecen en el escenario, sólo aparece su tonto útil.
- Esas elecciones amañadas es la manera con la cual se deforma la expresión de la voluntad popular; así mantienen al pueblo en la ignorancia y en la dominación.
- Cuando vota el pueblo da un cheque en blanco a las argollas empresariales y sus políticos para que le sirvan al sistema; ¿Cómo?
a) vendiendo el país, emitiendo leyes y creando instituciones para legalizar la corrupción;
b) asaltando todas las instituciones del Estado;
c) consolidando el dominio del imperio de Estados Unidos a través del Tratado de Libre Comercio, bases y tratados militares; en fin, para que se burlen del pueblo con los llamados consensos, concertaciones y diálogos para, en definitiva, aprobar las leyes que le convienen a la oligarquía y que liberalizan los servicios públicos, recursos naturales, mercados e inversiones para un mayor dominio del imperio estadounidense.
7. Con el pretexto de las elecciones invaden la intimidad de nuestros hogares con campañas sucias que no informan ni educan, sino que manipulan y atosigan a la población; esto tiene un doble efecto: reafirma la ideología oligárquica reproduciéndola y haciendo que sus medios de comunicación hagan un pingue negocio, el que termina pagando el pueblo.
Hondureños y hondureñas:
Los que luchamos por construir poder popular para alcanzar una sociedad sin explotadores ni explotados, en donde el egoísmo, la ley del mas fuerte, el individualismo y la división no sean lo dominante, debemos influir en el pueblo a que no vote ni en las elecciones internas y primarias ni en las generales por el tradicionalismo político y los llamamos a sostener en los barrios, aldeas, ciudades y caseríos una amplia discusión sobre la necesidad de RESCATAR LA POLÍTICA de las garras de quienes nos dominan y oprimen
Es necesario y urgente construir y posesionarnos desde los intereses del pueblo, de una alternativa popular frente a los procesos electorales oligárquicos. Hemos aprendido que nada cambiara al final del camino sino cambia desde ahora.
“Recordemos que la participación y la conciencia de los pueblos no pueden construirse en un abrir y cerrar de ojos, ni por decreto; el poder que viene, la ideología del poder que viene, la fuerza del poder que viene tiene que irse construyendo desde hoy.
Construir poder popular, poder desde el pueblo, no es algo formal, no indica sólo un cambio en las formas de actuar políticamente; es, sobre todo, un cambio de la conciencia y el contenido de la política, lo político y el poder.
Cuando hablamos de construir poder popular, se trata, como en toda construcción, de un proceso que va de lo más pequeño a lo más grande, de lo más simple a lo más complejo y desde abajo hacia arriba.” (Isabel Rauber)
Octubre 2008
COORDINADORA NACIONAL DE RESISTENCIA POPULAR
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